Estos son los diarios de un aprendiz que pretende descubrir el Dharma y su significado.
Hace 2500 años comenzó un camino, decidí unirme a él,
el 4 de noviembre de 2009 de la Era Común.

sábado, 30 de enero de 2010

Lo precioso de la vida humana

El pasado miércoles preparé unas palabras para compartir en la reunión de la Sangha. Estas fueron las palabras que preparé:

Antes de comenzar a hablar sobre la preciosidad de la vida, me gustaría compartir con vosotras y vosotros una sensación, emoción y pensamientos que me han surgido al preparar esta charla. He encontrado muchas resistencias para escribir estas palabras y no sabía porqué. Pero finalmente tras mi meditación de esta mañana he conseguido ser consciente de dónde venían dischas resistencias. Esta mañana he cazado a mi ego, ese viejo conocido que últimamente se esconde de mejor manera para que no lo vea. Y la verdad es que la resistencia venía de una idea que me surgía. Mi intervención tenía que ser brillante como esas otras conferencias que he pronunciado en foros profesionales que siempre han provocado reacciones entusiastas en muchos colegas que luego se acercaban para agradecer mis palabras y haber sido tan perspicaz al hablar del tema. He de reconocer que todos esos comentarios alimentaron muy bien mi ego, y estimularon la idea aquella de “soy brillante”.

Pero claro, yo aquí no quiero ser brillante sino simplemente expresar lo que tengo dentro de mi y que deseo compartir.
Es en este momento cuando de nuevo mi ego aparece y me dice, “Que bueno que eres, qué mejor sitio que una reunión del centro budista para reocnocer que tienes un ego subido. Muy bien hecho, Eres brillante” y es en este momento cuando recuerdo la cita que Saddhakara hacía hace dos semanas sobre la iluminación del Buda.
En el pasaje del que habló Saddhakara, Sidhartha Gautama se encontraba sentado bajo el árbol bodhi y ya había trabajado esos estados torpes y burdos que se objetivan como los ejercitos de Mara; también había superado de forma firme su deseo representado por las doncellas, hijas de Mara. Es en aquel momento cuando surge delante de él una imagen de si mismo que le viene a decir: "muy bien hecho, has dominado tus estados torpes y tu deseo". Y Siddartha que todavía no había alcanzado la iluminación dice: "Te conozco se quien eres, y no volverás a construir en mi tu tabernáculo".
Bueno sin querer ser pretencioso yo intentaré desmontar el tabernáculo y no continuar alimentado su construcción.

Centrándome ya en la preciosidad de la vida, creo que vivir la vida es una gran alegría. Todos los instantes son preciosos, incluso los que no son buenos porque de ellos surgen los que son buenos y me permiten poder saborearlos.
Tenía interés en hablar de lo preciosa que es la vida porque personas queridas por mi pusieron fin a su vida de forma voluntaria. Mi madre y un gran amigo decidieron suicidarse, y en ambas situaciones quería comprender lo que difícilmente puedo comprender. Pero si algo aprendí de aquellas dos experiencias es que la vida es preciosa.
Para exponer porque veo que la vida es preciosa deseo poner en valor muchas sensaciones cotidianas que hacen que le confieran ese valor precioso. Hay momentos gloriosos en cada instante por la mañana cuando entro en la ducha y al salir el agua caliente, por la alcachofa mis pies se mojan con el agua fría y a continuación me pongo debajo de la ducha y el chorro del agua recorre mi espalda revitalizándome hasta las entrañas.
O el momento en el que salgo de casa y siento el tiempo que hace hoy. Hay un sol radiante que acaricia mi cara, o es un día frío y tengo que ajustarme la bufanda y taparme las orejas. Que sensación tan agradable. Otro momento que me parece mágico es cuando empiezo a pedalear y mantengo el equilibrio y se empieza a deslizar bajo mi el suelo y yo me encuentro ahí protagonista de esa situación.
Podría seguir hablando de grandes momentos como cuando el viento mece los árboles y oigo el rumor de su murmullo, cuando comienzan a caer las hojas en otoño, cuando veo a un desconocido sonriendo y comparte esa alegría con una mirada, cuando corto las verduras en pequeños trozos para preparar la comida, cuando me siento en el sofá y empiezo a notar que viene el sueño y me dejo llevar, cuando abrazo a mi pareja recostados en el sofá debajo de la manta, cuando abro la cama para acostarme y siento ese frío de las sábanas que me hace estremecer… Son muchas las cosas que siento día a día que me hacen ver lo preciosa que es la vida.
También agradezco mucho la vida que tengo, especialmente en el momento de la historia en que estoy viviendo porque he podido elegir la profesión que deseaba y puedo trabajar en lo que me gusta, porque tengo grandes amigas en el trabajo, porque me he podido casar con mi marido y después de veinticinco años seguimos deseando estar juntos, porque he podido el Centro Budista y se que mi búsqueda ha finalizado y ahora sólo tengo que continuar por el camino… por esas razones creo que la vida es preciosa.
Pero si especialmente la vida es preciosa es porque creo que tenemos libertad para elegir, siempre podemos elegir que podemos hacer y cómo ver la botella, medio llena o medio vacía."


¿Como fue? Fue extraño, me sentí bien haciendo el parlamento porque aporte una visión muy sensorial de porque la vida es preciosa. Hubo sin embargo, algo que sobresaltó y que recibí cn cierta perplejidad. Fue la intervención de Rafa que yo sentí cargada de cierta "agresividad"; cuando intervino comentó que especialmente se estaba dando una visión idílica de la vida y como él dijo "especialmente la tuya Alfons, si eso es así porqué existe el sufrimiento. Porqué un día te encuentras de repente llorando desconsoladamente".
Percibí mucho dolor en sus palabras y aunque me produjeron una sensación de respingo, tuve una emoción que en otras situaciones me habrían llevado a reaccionar. No tuve ocasión de poder reaccionar, intervino Saddhakara para "centrar" el debate y yo me quedé pensativo, sobre cómo habia surgido una reacción automática, fundamentalmente emocional, y si quería responderle . La verdad es que me gustaría haberle respondido, sobre todo por explicar mi visión. Quizá es cierto que di una visión un tanto idílica de las cosas y también podría haberme centrado en otro tipo de sensaciones objetivas como ver la cara de mi madre con los ojos abiertos después de haberse lanzado por la ventana, ver su mirada perdida en el horizonte y sus ojos llenos de tierra sin que pestañeasen, podría centrarme en el dolor que sentí cuando vi a mi padre muerto tumbado en el suelo del baño tras haberse desmayado, podría centrarme en el vacío que dejó ese gran amigo que acabó con su vida, podría centrarme en el dolor habitual de espalda que siento todas la mañanas y que me acompaña desde hace tanto tiempo... Pero creo que tenemos libertad de elección y puedo elegir entre revolcarme como hace el cerdo en sus propias heces o decidir con qué me quiero quedar de esta vida. Y por eso me parece maravillosa la vida humana, porque tengo libertad para elegir.

"Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al que controla el cuerpo, la mente y sus pasiones"
Dammapada, 221.

1 comentario:

  1. ¡qué bueno que hayas elegido ver la botella medio llena! ¡Y qué afortunado que hayas aprendido a hacerlo por defecto!
    Zure adiskide

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