Estos son los diarios de un aprendiz que pretende descubrir el Dharma y su significado.
Hace 2500 años comenzó un camino, decidí unirme a él,
el 4 de noviembre de 2009 de la Era Común.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El primer precepto ético

Esta semana tenía como tarea reflexionar sobre los preceptos éticos del budismo, en especial desde el primero "Me abstengo de dañar a seres sintientes" a el último " transformar la ignorancia en conciencia y sabiduría" y como pasar de una mente reactiva a una mente creativa.
Cuando me he puesto a ello, he visto que sólo el primer precepto tiene tantas repercusiones en la vida cotidiana que de por si asumirlo en su plenitud supone un cambio radical.
Una de las primeras cosas que llamó mi atención cuando estuve en el retiro de Tushita es que este primer precepto, si es asumido, cambia tu vida cotidiana comenzando por lo que comes.
Comprendí que si deseaba iniciarme en la práctica del budismo me podría plantear hacerme vegetariano. La estancia en Tushita me ayudó a vivir que es posible asumir este hábito incluso de una forma estricta porque yo no tomo huevos ni leche.
Para no tensarme, decidí " jugar a ser vegetariano" al fin y al cabo el juego es un ensayo, ves las dificultades y si te cansas del juego siempre puedes dejarlo por algunos momentos. Lo cierto es que sin haber dejado de comer animales sacrificados, prácticamente las veces que me he alimentado de animales son como mucho una o dos veces a la semana. Situación para mi asombrosa porque antes comía mucha más proteína animal.
Reflexionando esta semana sobre el primer precepto ético he visto que tiene muchas implicaciones. Implicaciones que afectan de forma directa a mi manera de tratarme a mi mismo y a los demás.
Dice Sangharákshita (1997) que "la violencia es muy común, aunque sólo de manera excepcional se manifieste en la acción de matar. En otras palabras puede decirse que los seres humanos actúan con más frecuencia movidos por el poder que por el amor. Pero ¿qué es el poder? En este contexto el "poder" significa simplemente la capacidad de utilizar la fuerza; violencia es el uso de esta capacidad de negar el ser de otra persona, ya sea total o parcialmente." Asumir por tanto este primer precepto, supone relacionarte contigo mismo de una forma diferente evitando la mortificación, las críticas desmedidas, la recriminación y la falta de compasión contigo mismo. Supone no hacerte daño por acción u omisión. Supone cuando te relacionas con los demás no utilizar tus palabras y tus argumentos para provocar daño en el otro sino para aportar luz a las percepciones que tu consideras torpes, supone callar cuando ves que tus palabras pueden ser malinterpretadas.
Supone abandonar la agudeza y la acidez en tus comentarios cuando te relacionas con tus amigos o con los demás. Supone abandonar la crítica. En definitiva supone aprender a ser consciente y crear un espacio que permita que las acciones reactivas se transforme en respuestas decididas conscientemente.
Como veo asumir únicamente el primer precepto ético supone un cambio espectacular.

Referencias
Sangharákshita. (1997). Los diez pilares del budiso. La base de la filosofía y la ética orientales. Barcelona : Oniro.

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